Sobre el sobreuso de nuestras fortalezas y el valor del feedback
Y cómo las cosas buenas que traemos a nuestros equipos de trabajo pueden también convertirse en nuestras principales debilidades.
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Uno de los conceptos que más me ha ayudado a conocerme y mejorar a lo largo de mi carrera es entender que las mismas cosas que nos hacen fuertes pueden perjudicarnos si las sobreutilizamos.
Todas las personas tenemos formas de ser que nos caracterizan, nos hacen quienes somos y nos pueden sumar enorme valor en el mundo profesional. Podemos ser empáticas, por ejemplo, exigentes, inclusivas, genuinas, reflexivas, entre muchas cosas valiosas más.
En principio, características como estas son buenas y aportan a lo que traemos a un equipo, ¿pero qué pasa si hacemos demasiado uso de ellas? Para quienes son muy empáticas, por ejemplo, ¿alguna vez han sido incapaces de tener una conversación difícil pero necesaria por no querer herir a la otra persona? O si alguna es altamente exigente y enfocada en resultados, ¿se han visto empujando a su equipo demasiado, finalmente afectando su moral y productividad en el sentido contrario al que quieren?
Yo, por ejemplo, creo que soy una persona bastante genuina. En general digo lo que pienso y soy auténtica en mis conversaciones, independientemente de con quien hable. Siempre pensé que esto era algo enteramente positivo, hasta que hace unos años, alguien en mi equipo me buscó después de una reunión y me dijo que debía tener más cuidado con qué decía y cómo lo decía en ciertos espacios de trabajo (y estoy infinitamente agradecida por ello 💓).
Sin darme cuenta, estaba sobreutilizando mi fortaleza de ser genuina, comunicándome de manera demasiado transparente en espacios donde no todo el mundo tenía el contexto para hacer sentido de lo que decía. Hablando de nuestros retos, preocupé a algunas personas de más por esto, generando un sentimiento de estrés e incertidumbre en el equipo. Gracias al feedback que me dieron aprendí que sin dejar de lado esta característica, era necesario moderarla en ciertos momentos y espacios pues lo que yo decía como líder de la organización tenía un impacto más profundo del que a veces reconocía.
También me pasó con ser una líder inclusiva que valora escuchar todas las voces. Por esto, terminé demorándome demasiado en tomar decisiones sin querer imponer una. En lugar de crear un ambiente donde todos se sentían considerados, generé una sensación de falta de claridad y productividad en mi equipo. Aprendí que la respuesta no está en dejar de escuchar a los demás para tomar una decisión - eso sería contrario a mis valores. Está en aprender cuál es el justo medio de su uso y poner límites claros para no excederlos. Poner, por ejemplo, un tiempo definido para escuchar opiniones y que mi equipo se sienta considerado, aclarando que tras ese periodo tomaré la decisión con el input recibido.
El reto con identificar el sobreuso de nuestras fortalezas está precisamente en que solemos verlas como eso - cosas buenas que traemos a la mesa, en contraste a nuestras áreas de oportunidad. Pero comprender que las fortalezas también se pueden convertir en debilidades es fundamental para mejorar nuestro liderazgo.
Les quiero compartir dos acciones que todas podemos tomar para embarcarnos en este camino.
Primero, priorizar nuestro autoconocimiento. ¿Tienen claros cuáles son sus valores? ¿Cuáles son aquellas características en las que se diferencian de los demás? ¿A qué comportamientos les dan más valor? Entender esto y explorarlo es clave, pues esas son las fortalezas que sin querer, tendemos a sobreutilizar.
Segundo, pedir feedback. No importa cuánto nos conozcamos a nosotras mismas, necesitamos la mirada de los demás para completar la película. Es mucho más fácil ver estos sobreusos en otros que hacerlo en una misma. Por eso mejorar requiere, a pesar de que cueste, otras perspectivas. Tómense un tiempo y pregúntenle a personas cercanas a ustedes, ¿qué debería hacer más?, pero también, ¿qué debería hacer menos?. Créanme que superar la vergüenza de pedir este feedback les pagará a ustedes y a las personas con quienes trabajan con creces.
Construir una mejor versión de nosotras es enormemente retador, ¿pero qué puede valer más la pena?
Un abrazo,
Mariana
PD. En nuestro programa de Liderazgo y Autoconocimiento abordamos muchos de estos temas. Las invito a explorarlo, comienza este 21 de junio con mujeres de toda América Latina 🦸🏽♀️.
Me gustó mucho este articulo. Justo cae en un momento de auto-analisis y auto-critica (constructiva por supuesto) en el que creo que algunas de mis fortalezas se convirtieron en blockers para crear capabilities en otras personas (ej: ser muy hands-on, empatia, búsqueda de la perfección etc...). Muy atinado este articulo y es importante entenderlo temprano en nuestras carreras profesionales para convertirnos en mejores líderes.
Qué valiosa perspectiva! Gracias Mari. En este punto sentí que me hablabas directamente a mí: "Para quienes son muy empáticas, por ejemplo, ¿alguna vez han sido incapaces de tener una conversación difícil pero necesaria por no querer herir a la otra persona?". Emocionada por conocer más de L+ :)