El rol de los valores en nuestra vida

Y su importancia para guiar nuestros comportamientos, decisiones, y ayudarnos a construir la vida que queremos.

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En los últimos programas de Laboratoria+ hemos pasado un buen tiempo en conversaciones sobre nuestros valores. ¿Qué son? ¿Cuáles asumimos como propios? ¿Por qué es importante definirlos? ¿Qué hago una vez que los tengo claros?

Todas estas son preguntas válidas que hemos ido abordando y descubriendo juntas, y hoy quiero traer un poquito de esa experiencia a Travesías porque conforme más pasa el tiempo, más me doy cuenta que vivir una vida guiada por nuestros valores es indispensable para ser felices. 

Brené Brown, una crack absoluta en temas de liderazgo, ha hecho un trabajo extenso alrededor de la importancia de los valores y cómo aprender a vivirlos mejor. En su mirada, un valor es una manera de ser y de creer. Es un principio de vida que vivimos como lo más importante. Y vivir nuestros valores quiere decir que hacemos más que solo decirlos. Los practicamos. Somos claras sobre lo que creemos y consideramos importante. Cuidamos nuestras intenciones, palabras, pensamientos y comportamientos para que estén alineados a ellos. 

Esto puede parecer sencillo pero la realidad es que son pocas las oportunidades que tenemos para sentarnos a reflexionar en profundidad sobre qué principios nos definen y cómo podemos hacer que guíen nuestra vida. Para empezar, ¿cuáles existen?

En Dare to Lead, Brené comparte un ejercicio que personalmente me fue muy valioso hacer. Miren la siguiente lista de valores. ¿Muchos más de los que recordaban, verdad? Ahora resalten los 10 más importantes para ustedes. De ahí, intenten bajar a dos. Pienses en esos valores que más guían sus acciones. Que las llenan de propósito y quieren cuidar en su vida. 

Dare to Lead: https://brenebrown.com/operationalizing-your-orgs-values/

En mi caso, por ejemplo, hoy marcaría Integridad y Liderazgo. Es interesante pensar que si hacía este ejercicio unos años atrás creo que hubiese marcado otros - probablemente Perseverancia y Making a Difference (hacer una diferencia) - y eso está bien. Nuestros valores pueden ir cambiando a lo largo de la vida porque nosotras y nuestras prioridades también cambian. De ahí la importancia de definirlos de manera consciente cada cierto tiempo.

Tener claros nuestros valores es el punto de partida. Desde ahí pueden empezar a jugar un rol fundamental en nuestras vidas de diversas maneras.

Primero, son el referente hacia el cuál moldear nuestros comportamientos del día a día.

Los valores por si solos no son lo que marca la diferencia. La tarea está en entender qué tipo de comportamientos son un reflejo de este valor, y cómo aprendemos a ejercerlos en nuestro día a día. A la vez, definir nuestros valores nos permite identificar los comportamientos que son contrarios a estos, y alejarnos de manera consciente de ellos.

Si alguna por aquí marcó Honestidad, por ejemplo, debería tener siempre presente el ser auténtica en sus distintos espacios, ser transparente en su comunicación, decir la verdad. Y no sólo cuando es fácil hacerlo. Todas las personas somos menos honestas en ciertas circunstancias - tener a la honestidad presente como un valor elegido debería ayudarnos a ejercerlo hasta cuando es más retador hacerlo. 

Para mi, por ejemplo, el valor de la Integridad significa que me esfuerzo porque mis acciones sean congruentes con mis creencias - incluso cuando nadie me está viendo. No siempre lo logro, porsupuesto, pero intento tenerlo presente para corregirme cuando me encuentro desviándome (como por ejemplo, cuando a pesar de creer en la importancia de tratar bien a los demás, le respondo mal a mi esposo o hijos porque perdí la paciencia 🙈).

Segundo, son la pauta para tomar decisiones importantes en nuestra vida. 

Todos los días tenemos distintos caminos enfrente entre los cuales elegir. ¿Dónde quiero trabajar? ¿De qué industria quiero ser parte? ¿Dónde y cómo quiero vivir? ¿A qué le dedico mi tiempo? (de hecho recién tuvimos todo un programa en Laboratoria+ enfocado en esto). Los valores son la mejor herramienta para no vivir una vida en la que simplemente nos lleva la corriente. Nos marcan el límite de en qué no estamos dispuestas a ceder. Nos permiten ejercer nuestro sentido de agencia porque sabemos quiénes somos y qué queremos (y también que NO queremos).

Si la familia es un valor pilar para alguna, por ejemplo, entonces dedicarle el suficiente tiempo a estas relaciones es una prioridad, y tenerlo presente puede ayudarte a decidir entre dos opciones laborales con implicancias de tiempo distintas. O si el Giving Back (dar de regreso) es un principio guía, entonces ser voluntaria en alguna causa social no es simplemente algo que te gusta, si no una decisión que tomas conscientemente pues te acerca más a tu esencia. 

Tercero, son la brújula que nos permite construir la vida a la que aspiramos. 

Vivir fieles a nuestros valores es siempre una aspiración porque no somos perfectas y porque a veces a la vida nos presenta retos imposibles. Sin embargo, definirlos y ser conscientes de cómo nuestros comportamientos, decisiones y vida se alinean a ellos nos da muchos mayores chances de ser congruentes. Y cuando somos congruentes con esa esencia que todas las personas tenemos, somos más felices. Somos más auténticas. Podemos elegir con base en esos valores con qué personas queremos compartir la vida. Crece nuestra autoestima, y somos más capaces de construir una vida que nos llene de orgullo.

Por eso y mucho más, vale la pena el intento. 

Un abrazo,

Mariana