Cómo cultivar un alto sentido de agencia
Y tener el superpoder para construir la vida que queremos
Hace unos años paseaba por ex-twitter cuando me encontré con un post que hablaba sobre uno de los conceptos que hoy más valoro en mi vida: el sentido de agencia. Lo valoro tanto porque no siempre lo tuve, pero hoy le debo quién soy. Le debo mis logros, mis ganas de seguir intentando, mi (relativa) paz mental y felicidad. Es el concepto que recuerdo cada vez que tengo la oportunidad de hablar en público, el que intento cultivar en mis hijos, el que quisiera que sea característico de la próxima generación de mujeres líderes creciendo en Laboratoria+.
¿Qué significa tener un alto sentido de agencia? Para mí es una manera de ver la vida en la que te sientes en control sobre quién eres, sobre tus decisiones, tu comportamiento y aspiraciones. No esperas sentada a que las cosas sucedan. Más bien te paras, y haces todo lo que está en tus manos para hacerlas pasar. De alguna manera, sin desafiar el hecho de que hay muchísimo allá afuera sobre lo que no tenemos control, te empiezas a sentir dueña de tu destino. Empiezas a entender que construir la vida que quieres está en tí, y que en gran medida tú misma tienes la posibilidad de moldear las circunstancias que la hagan posible.
Mi primer recuerdo de haber ejercido mi agencia de manera consciente fue cuando tenía 18 años y me fui a vivir a Inglaterra. El hecho de mudarme de país requirió voluntad y trabajo (y muchos privilegios), pero no fue hasta unos meses después, cuando consideré regresarme, que sentí el poder de mi agencia. Me sentía sola y muy fuera de contexto. No entendía el acento de quienes se supone eran mis amigos, académicamente me sentía mediocre, y extrañaba profundamente mi casa. Una parte de mi mente se inclinaba a culpar a las circunstancias y simplemente entregarme a ellas: aquí nunca podré tener amigos cercanos, con este cielo gris es imposible disfrutar, no vale la pena el sacrificio, me repetía. Así, me iba convenciendo a mi misma de que volver a mi país y dejar la oportunidad de hacer mi carrera en Londres era tal vez lo más sensato.
Un buen día, no sé bien qué pasó pero decidí que me merecía la oportunidad de intentarlo. Las condiciones en Londres no iban a cambiar - yo tenía que encontrar la manera de adaptarme y sacar lo mejor de ellas. Decidí buscar más amigos latinos para poder hablar en mi idioma, a pesar de que la mayoría fuese de maestría y bastante mayor que yo. Decidí salir de mi cuarto a pasear y disfrutar de la ciudad maravillosa, así fuese sola. Decidí inspirarme y aprender de los estudiantes talentosísimos de todo el mundo que me rodeaban, en lugar de compararme con ellos.
Han pasado 20 años desde ese momento en mi vida, pero aún lo recuerdo como un antes y un después en quién soy. Terminé siendo muy feliz en mis años en Londres, y entender que en mí estaba el poder de construir la vida que quería fue lo que luego me permitió embarcarme en varias mudanzas más, atreverme a emprender, sentirme sana, y tantas cosas más que le debo a este sentido de agencia.
Hoy les quiero compartir cosas que todas podemos hacer para empezar a cultivar esta mentalidad, porque la maravilla es que como con la gran mayoría de habilidades, todas tenemos la posibilidad de desarrollarla. Como un músculo que se trabaja, a más agencia nos acostumbremos a ejercer, más natural nos será esta mentalidad de vida.
Empezar a simplemente hacer.
Hace un tiempo escuché un consejo en un podcast que me pareció simple y a la vez enormemente poderoso: mood follows action. Cuando nos sentimos desmotivadas, cansadas, sin fuerza para dar un siguiente paso, muchas veces esperamos a cambiar de ánimos para empezar a movernos. Sin embargo, cambiar nuestros pensamientos y que lleguen los ánimos no es tan fácil. A veces es mejor receta simplemente empezar a hacer. Salir a hacer ejercicio, probar algo nuevo en el trabajo, empujarnos a intentar una nueva práctica. Puede que al comienzo implique forzarnos, pero al hacer ese esfuerzo es que de pronto mejoran nuestros ánimos.
Es ese ejercicio continuo de empujarnos que nos ayuda a construir mejores hábitos, y que eventualmente construye nuestra motivación. Pararnos y empezar a “hacer”, así no hagamos perfecto, empieza a cultivar ese sentido de agencia para cambiar nuestras circunstancias.
Repensar las historias que nos contamos a nosotras mismas
Todas tenemos historias de nuestra vida y de quiénes somos que nos contamos a nosotras mismas. De repente hubo riesgos que decidiste no tomar y aunque no lo comentes, te consideras poco valiente. De repente tomaste la decisión de dejar una oportunidad importante y te dices a ti misma que esas grandes ligas no son para ti. Tal vez no te fue bien en un trabajo, y sin darte cuenta te empiezas a decir que no eres buena para esto o aquello.
En esas narrativas definimos nuestra imagen de nosotras mismas y con ella, lo que creemos es posible. Cambiando nuestra perspectiva y resignificando estas historias podemos empezar a cambiar también cómo nos vemos y de qué sentimos que somos capaces. Tal vez haber dejado pasar esa oportunidad no te hace poco valiente, sino más bien generosa contigo misma porque en ese momento era lo que necesitabas. Hay que construir una imagen propia en la que nos consideramos capaces y valiosas, pues esto es crítico para ejercer nuestra agencia e impulsarnos hacia adelante.
Finalmente, ser compasivas en el camino
Con el tiempo la vida me ha enseñado que las cosas no son blanco y negro, y la magia está en entender cómo nos manejamos en los grises. He aprendido a no confundir el sentido de agencia con simplemente empujar a toda costa. Hay que también saber escucharnos y darnos los espacios que a veces requerimos en el camino. La vida al final es una larga conversación con nosotras mismas, donde desde el cariño debemos aprender a impulsarnos a más, sin por eso dejar de tratarnos con amor cuando no alcanzamos lo que queríamos. Ser mujeres y líderes de agencia alta implica aceptarnos, estar conscientes de nuestro valor y desde ese lugar de amor, atrevernos a cambiar nuestras circunstancias a pesar de los tropiezos en el camino.
Un abrazo,
Mariana
Justo anoche tuvimos un evento hermoso en Laboratoria+ que me recordó lo especial que es recorrer nuestros desafíos profesionales en compañía. Conocimos las historias de algunas de nuestras mentoras y members, cada una con sus altos y bajos, llenos de lecciones valiosas. Si estás buscando esa tribu profesional para crecer en tu carrera y tu vida, te invitamos a descubrir nuestra membresía (y siempre nos puedes escribir por Whatsapp si tienes cualquier duda).