Tengo tres hijos pequeños, y desde que empezaron a interactuar con el mundo fue muy evidente que tienen fortalezas y preferencias distintas. Mientras que mi hija mayor se adapta rápido a nuevas circunstancias, ama probar nuevos deportes, y con un poco de tiempo tiene la capacidad de conectar y hacerse amiga de cualquiera, mi segundo hijo prefiere los espacios más establecidos, tiene una curiosidad que lo lleva a aprender cosas nuevas todo el tiempo, y sin duda prefiere el salón de clases que la cancha de futbol. Si bien intentamos animarlos a exponerse a aquello en lo que no son tan fuertes, porque creo que es importante que desarrollen esa flexibilidad, es evidente que brillan y disfrutan muchísimo más cuando usan esos talentos que los diferencian.
Esta reflexión me llevó a pensar en el uso de nuestras fortalezas en nuestro desarrollo de carrera. En los últimos años, conceptos en los que creo fielmente como el growth mindset me han ayudado a exponerme a nuevos desafíos y a desarrollar nuevas habilidades - desde hablar público sin morir en el intento hasta correr todas las semanas. Hoy estoy convencida que las personas, con la estrategia y el esfuerzo correcto, podemos dominar nuevas áreas de manera continua. Dicho eso, conforme paso por nuevas experiencias y me descubro más, también me he convencido de que para llegar lejos, posiblemente es mejor estrategia apostar por explotar aquello en lo que ya, naturalmente, somos fuertes.
Es mediante esas habilidades en las que tenemos un diferencial que podemos agregar más valor y generar más impacto, y esto es usualmente lo que nos lleva a avanzar en nuestras carreras. Cuando lo leo así hace todo el sentido, pero creo que esta es una de las verdades más subutilizadas en nuestros caminos profesionales. ¿Cuántas aquí tenemos plena claridad de nuestras fortalezas? ¿Sabemos cómo identificarlas? ¿Cómo usarlas más y que otros las reconozcan?
Autoconocimiento: la clave de todo
El primer paso en este camino, como ya muchas veces hemos compartido en esta comunidad, es invertir tiempo en conocernos mejor. Nuestras fortalezas, de hecho, no son solo aquello en lo que somos naturalmente buenas. Para Marcus Backingham, coach en temas de liderazgo, son más aquello que disfrutamos hacer. Muchas veces estas cosas coinciden, pero no siempre es el caso. Para aprender a identificar nuestras fortalezas, Marcus nos invita a hacernos tres preguntas claves. Si piensas en tu día a día:
¿Cuáles son aquellas tareas a las que miras con ilusión y ganas?
¿En qué actividades tienes esa sensación de que el tiempo pasa rápido porque disfrutas lo que estás haciendo?
¿Después de qué tipo de trabajo te sientes plena, con ganas de volver a hacerlo?
Por otro lado, las preguntas opuestas nos ayudan a identificar aquello que más bien nos drena. ¿Cuáles son esas actividades que evitamos hasta el último momento? ¿Esos espacios donde el tiempo parece no terminar?
Tómate un minuto y haz la reflexión de tus primeras semanas del año. En mi caso, por ejemplo, algo que disfruto mucho es escribir y editar este newsletter. Sin duda me toma mucho esfuerzo, pero el tiempo fluye, me da espacio para reflexionar sobre qué ideas resonarán con nuestras lectoras, aprender cosas nuevas y conectar con nuestras escritoras.
El input de los otros es también clave para complementar la mirada que tenemos de nosotras mismas. Hay que armarnos de valor y pedirle a un par de colegas de trabajo o amigos que te den su perspectiva. ¿Qué valoran de tu aporte? Cuando te han visto hacer un gran trabajo, ¿qué resaltan de ti? Es inmensamente valioso escuchar eso que los demás ven en nosotras que no es tan fácil identificar solas.
Aplicando lo que somos
Con nuestras fortalezas claras, nos toca encontrar la oportunidad de usarlas más. No todas las partes de nuestro día a día estarán alineadas a eso que nos energiza, pero creo que muchas veces tenemos más margen de maniobra del que creemos para adaptar nuestro trabajo a esos espacios donde podemos brillar. En nuestro equipo en Laboratoria+ he visto a Belen, por ejemplo, que es muy buena conectando con las personas y estableciendo relaciones de confianza, moldear su día a día para incorporar más de esto. No en vano el onboarding a la membresía es uno de los espacios que nuestras members más disfrutan. O a Mila, que es analítica y muy buena con los datos, y ha hecho que nuestra data sea un pilar fundamental en cómo tomamos decisiones.
Sabiendo mejor desde dónde aportamos valor y qué disfrutamos, todas podemos ser más conscientes de abrir espacios en nuestro día a día para eso que hacemos bien. Así podremos volvernos cada vez mejores en ello, y empezaremos a ser reconocidas también por ese aporte.
Para cerrar, les comparto una herramienta gratuita que usamos en Laboratoria+ para avanzar en ese camino de autoconocimiento: el diagnóstico de carrera. Les ayudará a visualizar en qué áreas tienen más oportunidad para seguir desarrollándose.
Pronto lanzamos una siguiente herramienta para acompañarlas en el camino de identificar sus fortalezas.
Un abrazo,
Mariana