El próximo jueves 23 tenemos un taller abierto y gratuito en Laboratoria+. Vamos a ahondar en algo fundamental en la vida: conocernos mejor para así ganar claridad sobre qué queremos. Para todas las que quieran construir grandes cosas este 2025, ¡las esperamos! Y pueden compartirlo con quien quieran en sus redes, nos ayuda a seguir creando oportunidades como esta <3.
La Travesía de hoy la escribe Daphne Cavero, emprendedora en salud que recientemente se unió a la membresía de Laboratoria+ como mentora
Cuando estaba en quinto de secundaria y me tocó decidir qué carrera estudiar, le dije a mi mamá que quería ser bailarina, inspirada por Vania Masías, o maquilladora, pues en el colegio era la que maquillaba a todas mis amigas (curiosamente hoy apenas me maquillo). Claramente, no me dejaron elegir ninguna de estas opciones, así que terminé estudiando una carrera más “normal”.
Hoy quiero compartirles mi historia de reinvención con la esperanza de que encuentren inspiración para crear su propio camino, y lo más importante, en sus propios términos.
Lo que “manda el sistema”
Hice todo lo que “manda el sistema” a nivel profesional. Estudié Administración y Negocios Internacionales en una buena universidad. En mis últimos ciclos, comencé mis prácticas pre-profesionales. Me gradué con honores. Ni bien salí de la universidad, me contrataron en la empresa donde practicaba y así comenzó mi carrera en Operaciones.
Tenía siempre KPI’s sobresalientes, viajaba por trabajo, me ascendieron varias veces. Siempre me ha encantado estudiar así que hice varios postgrados apoyada por la organización donde trabajaba (por los que estoy muy agradecida), y así me la pasé acumulando post grados en Operaciones y Logística. Tenía lo que se conoce como “un sueldo fijo” y “una buena posición económica”, o como algunos dirían, “me iba regio”.
No me hallo
Conforme pasaban los años y yo “crecía” dentro del mundo corporativo, me comencé a sentir insatisfecha. Estaba agradecida de tener “un trabajo seguro” y todo lo demás, pero a la vez me sentía vacía. Sentía que lo que hacía no tenía propósito. Me empecé a dar cuenta que en mi entorno de trabajo, el único norte de todos parecía crecer al siguiente rol y competir por quién trabajaba más horas al día. No había espacio para hablar de nuestras vidas personales ni nuestros anhelos. Era un ambiente donde la norma era sacrificar tu vida por el trabajo. Llegué al punto de decidir almorzar sola para escapar del único tema de conversación a la hora de almuerzo: más trabajo. Me comencé a sentir una extraterrestre en el ambiente donde tenía que pasar la mayor parte de mis días. Voy a sonar romántica, pero comencé a sentir que no estaba contribuyendo al mundo como quería. Sentía que podía hacer algo más significativo con mi vida.
Es así como me comencé a dar cuenta de lo que no me gustaba y de donde quizás ya no quería estar, pero a la vez me angustiaba pensar: ¿y ahora qué hago?, ¿en qué soy buena?, ¿cuáles son mis talentos?, ¿si no trabajo aquí qué será de mi vida?, ¿existe otra opción para mí?
El sacudón
Dicen que el ser humano no sale de su zona de confort a menos que donde esté actualmente se vuelva tan incómodo que lo lleve a tomar acción. Experimenté ansiedad crónica, burnout y estuve al borde de tener un TCA debido a la desconexión que tenía conmigo misma. Dormía mal, me alimentaba fatal y por momentos sentía que apenas podía respirar. Me había perdido a mí misma en el piloto automático y estuve así por muchos años.
De pronto llegó un día en el que simplemente supe que ya no quería seguir en ese agujero negro en el que me encontraba. Hice un compromiso inquebrantable conmigo misma de sacarme de ahí. No sabía cómo ni cuándo, pero sabía que lo lograría. Siempre he sido una persona orientada a la acción, así que en cuanto tuve claridad de querer cambiar, me puse manos a la obra. Ya he contado que me encanta estudiar, sin embargo esta vez era diferente. Ahora estudiaría con propósito. Dado que mi principal preocupación era mi salud, comencé a investigar y estudiar al respecto y encontré una palabra que marcó mi camino: salud integrativa. Descubrir que la salud era algo integral y no aspectos separados de la vida me hizo mucho sentido y me generó mucho interés. Por primera vez, me formaría en algo que no era Logística y no podía estar más entusiasmada. Es así que me certifiqué como Coach de Salud Integrativa. Junto con ello, comencé a meditar, de manera autodidacta en un inicio, y a implementar algunos hábitos de bienestar en mi día a día. Y así comenzó una aventura de autodescubrimiento y reconexión conmigo misma.
Una pregunta importante que me propuse resolver en este camino fue: ¿cómo ser una profesional exitosa que cuida su salud mental, física y emocional? Yo sabía que tenía que haber una forma de hacerlo, que no eran excluyentes y estaba decidida a descubrir cómo.
La encrucijada
Uno de mis primeros descubrimientos fue que no existe el verdadero éxito sin salud. Que la salud y el éxito van de la mano. Que una no vive sin la otra y no es necesario escoger un camino a costa del otro. Y la salud no se trata solo de salir bien en los chequeos médicos. La salud es integral: mental, física y emocional. Si no estamos saludables no podemos desempeñarnos utilizando nuestro inmenso potencial.
Todo esto que venía estudiando, descubriendo y aplicando me fascinaba. Fui testigo de mi propia transformación y de la de mi esposo, un médico fuera de lo convencional, que junto conmigo se puso a estudiar salud integrativa y preventiva. El crecer juntos y presenciar cómo se transformó nuestra salud y vida en cuestión de meses, nos llevó a plantearnos: ¿y si nos dedicamos a esto? Y nuevamente ahí llegaron las dudas y miedos ¿Tirar toda mi carrera por la borda? ¿Qué todos los años de estudio en Logística se vayan al tacho? O el famoso, ¿comenzar de cero?
La decisión
En el 2021 tomamos una decisión un poco rebelde, pero bastante consciente de dejar nuestros trabajos corporativos e irnos a vivir a otro país. Sabíamos que sería un viaje de decisión y reinvención. Vivimos en España por 2 años y tras un recorrido lleno de aprendizajes, nos hicimos la pregunta: ¿qué queremos hacer con todo lo que hemos aprendido, aplicado y compartido en los últimos 6 años? Sabíamos que sería algo con propósito y de impacto colectivo. Espacios de transformación, crecimiento y evolución. Es así que creamos AWAKE Society. Nuestro bebé, un concepto innovador de salud y performance 360 en el que empoderamos a personas y equipos a potenciar su desempeño cuidando la salud mental, física y emocional. Y hoy estamos de regreso en nuestro país, Perú, compartiendo una forma diferente de hacer las cosas y llevando más salud y bienestar de la mano con el performance a las personas y organizaciones.
Esta es mi historia de reinvención sin filtro. No les voy a mentir. No ha sido fácil ni rápido. Esto recién comienza y eso es lo que me tiene más entusiasmada. Ser testigo de la acogida que tiene la salud y el bienestar en los profesionales me deja claro que el camino es por ahí y me complace ser parte del cambio que quiero ver en el mundo.
Antes de irme, me gustaría dejarles mis principales aprendizajes de la última década. Espero les puedan servir en su camino.
Existe otra forma de hacer las cosas. Nada está escrito en piedra y tú tienes el poder de forjar tu propio camino. Puedes salirte del sistema y hacer las cosas a tu manera. El poder más grande que tenemos como seres humanos es el poder de la elección. Cada día, incluso cada momento, es una nueva oportunidad para elegir algo nuevo y diferente.
Al otro lado de la incomodidad está tu transformación. Le tenemos terror a lo desconocido y por eso nos quedamos en lo conocido perdiéndonos de increíbles oportunidades que la vida tiene para nosotras. Anímate, da ese salto. Hazlo con miedo, pero hazlo. Sal de tu zona de confort. Solo descubrirás tu propósito explorando, aprendiendo y desafiándote.
No es necesario que los demás te entiendan. Cuando dejamos nuestros trabajos “seguros” - y lo pongo entre comillas porque en esta vida nada es fijo ni seguro - nos tildaron de locos, nos dijeron que no teníamos idea a lo que nos estábamos metiendo, nos trataron de convencer infinitas veces de no ir por ahí. Estas opiniones o consejos no solicitados están basados en los miedos, creencias limitantes y bloqueos de la otra persona - no son tuyos. Solo tú sabes lo que tu sabiduría interior te está diciendo. No apagues tu luz por complacer a otros. Tu validación interna es millones de veces más importante que las externas.
Salud por sobre todas las cosas. Emprender es hermoso y oscuro a la vez. Entre los principales desafíos están las horas de trabajo, los miles de pendientes, la angustia por cerrar ventas y proyectos, etc. Cuida tu salud por sobre todas las cosas. Comprométete contigo y ten claro tus requerimientos mínimos diarios de bienestar. En mi caso, me encanta comenzar mi día haciendo deporte y breathwork.
Y la última y más divertida para cerrar: es posible trabajar con tu pareja. Incluso después de muchos años de relación. Cuando hay propósito, cuando disfrutas lo que haces, es divertido y llevadero. Tiene desafíos, como todo. En nuestro caso, aun trabajamos en afinar límites de horarios de trabajo. Vamos por buen camino. Hace poco escuché que cuando el emprendimiento es de la pareja, los dos lo dan todo para que a la familia le vaya genial. Amén.
Con amor,
Daphy