Hace unos años abrimos un espacio de reflexión sobre lo que significa ser líder en Laboratoria. Como una organización con muchas mujeres profesionales jóvenes, queríamos entender en mayor profundidad el camino del liderazgo para aprender a ejercerlo mejor.
Hicimos un ejercicio que me inspiró de manera profunda y quiero compartir con ustedes hoy. Lo encontré en este artículo de Harvard Business Review (soy gran fan de su contenido). ¡Empecemos!
Tómense dos minutos para pensar en la que ustedes consideran fue su primera experiencia de liderazgo. Anoten sus reflexiones en un papel.
¿Qué tan atrás se remontaron? ¿A la luz de hoy, qué comportamientos fueron una señal de liderazgo para ustedes? En mi caso, regresé a mis años en la primaria. Debe haber sido mi cumpleaños número 9. Mi mamá me había dado tarjetas para invitar a mi casa a todas las niñas de mi salón. A lo largo de la mañana fui repartiendo las invitaciones pero me quedé con una en el bolsillo: la de la niña con quien nadie quería jugar. Una amiga - de aquellas populares de la clase - me dijo que mejor no la invite. Lo pensé todo el día. Cuando llegó la hora de irme, empecé a caminar hacia la salida con la dudosa intención de botar a la basura esa última invitación antes de entrar a casa. Sin embargo, justo antes de llegar a la puerta, algo en mi interior me hizo dar la vuelta. Regresé, busqué a la niña en cuestión y la invité a mi cumpleaños.
A pesar de haber sucedido hace casi 30 años y mucho antes de llegar al mundo profesional, identifico a esta como mi primera experiencia de liderazgo porque es uno de los primeros recuerdos que tengo de haberme atrevido a tomar una decisión por mí misma. A pesar de mis ganas infinitas de caerle bien a la popular del salón, hice lo que a mí me parecía correcto. Sin saber ponerlo en palabras muy sofisticadas a mis 9 años, ejercí mi autenticidad siendo fiel a mis valores.
La vida profesional está llena de momentos como este. ¿Le doy la razón a mi jefe para quedar bien, o me atrevo a decir lo que pienso realmente? ¿Sigo la corriente de mi equipo para encajar, o me arriesgo a mostrar mi propia voz? Nos lleva, además, a una reflexión poderosa sobre nuestros valores: el punto de partida de quiénes somos, y por ende, la raíz de la líder que queremos ser. En mi caso, tras los años en roles de liderazgo he aprendido que la inclusión es un valor fundamental en mí. No me gusta hacer a las personas sentirse excluidas. Esto, en general, es algo positivo, aunque como todas las preferencias, si las sobreutilizamos pueden ser también un problema (pronto otro post sobre esto, que bastante lecciones me ha dejado).
Con este ejercicio pude hacer un nexo entre un valor de mi infancia y mi estilo de liderazgo hoy. Me pareció muy poderoso y espero que les sirva también, pues empezar a desmenuzar qué significa ser líder desde nuestros valores es el primer paso para empezar a serlo de manera más consciente.
Que tengan un lindo fin de semana y nos leemos pronto por aquí.
Mariana
Hermoso Mariana, realmente instructivo y gratificante sáber lo que realmente un lider es, saludos.
Me encanto! Linda iniciativa, feliz de leerte!