Perseverancia: nuestra mejor herramienta de progreso
Y algunas razones para recordarnos que vale la pena seguir intentándolo
El próximo martes 17 de octubre estaré dando un taller gratuito de liderazgo en Laboratoria+. ¡Quedan todas invitadas!
A inicios de año empezamos este newsletter con la intención de compartir historias y recursos que acompañen a nuestra comunidad en Laboratoria+ en el camino de crecer profesionalmente. Personalmente, hace tiempo tenía ganas de ponerme a escribir más seguido, pero no había logrado priorizarlo. De vez en cuando sacaba algún post aquí o allá, pero el proceso me tomaba muchísimo tiempo. Sentía que si iba a publicar algo tenía que tener una idea nueva o deslumbrante, y quedaba siempre expectante (y por ende agotada) a los comentarios de los demás.
La idea del newsletter me hizo tomar el compromiso de a pesar de todo esto, empezar a escribir de manera consistente cada semana. Hoy, después de +30 posts y miles de lectoras cada mes, estoy profundamente agradecida por todo lo que el proceso me ha enseñado. Sin haberlo pensado así, Travesias me ha hecho (re)vivir un valor que aspiro a siempre tener presente en mi vida: la perseverancia.
Han habido semanas con pocas ideas nuevas. Han habido jueves hasta altas horas de la noche esperando la inspiración. Han habido muchísimas dudas sobre el valor de lo que escribo y su utilidad para quienes nos leen. Con todo y eso, ha habido también una comunidad que se empieza a formar. Mensajes inesperados de quienes esperan este newsletter cada viernes en sus correos. Mujeres que se suman a los programas de Laboratoria+ tras haberlos descubierto aquí.
Hoy quiero compartir tres razones para practicar nuestra perseverancia de manera más consciente, pues es de las mejores cosas que podemos hacer por nuestras carreras y nuestro crecimiento personal. Como escuché hace un tiempo en una entrevista con James Clear, seguir intentándolo es mantener las promesas que nos hacemos a nosotras mismas, y este es el mejor regalo de autoconfianza que nos podemos dar.
1. La seguridad de saber que lo vamos a volver a intentar hace que no pase nada si hoy no nos sale tan bien como quisiéramos.
Una de las mejores cosas de escribir cada semana es que el hecho de saber que tendré la oportunidad de volver a hacerlo la próxima reduce lo que está en juego con cada post. ¿Qué pasa si una semana simplemente no logro publicar algo suficientemente bueno? (me disculparán queridas lectoras, a veces sucede 😕). La realidad es que no pasa nada, pues la próxima semana tengo la oportunidad de volver a intentarlo.
Por eso es tan valioso comprometernos con nuestras pasiones y esfuerzos en el tiempo. Al darnos la oportunidad de hacer algo múltiples veces reducimos lo que está en juego cada vez, lo que a su vez hace más fácil que nos atrevamos a hacerlo. Es un círculo virtuoso que podemos aplicar a casi cualquier cosa en nuestra vida.
2. Al intentar las cosas una y otra vez, empezamos a convertir nuestros esfuerzos en hábitos.
Casi sin darme cuenta, escribir cada semana se ha convertido en un hábito en mi vida gracias a Travesías. Hacer este compromiso públicamente fue clave - me dio ese accountability externo que nos ayuda a comprometernos más. Por eso, si hay algo que quieren empezar a hacer, mi consejo es que lo compartan con el mundo, o bueno, al menos con alguien más. Sacar las cosas de la conversación en nuestras mentes y ponerlas ahí afuera nos ayuda a generar el compromiso de hacerlas.
La semana pasada fue la primera desde que empezamos el newsletter en la que no pude publicar. Tuve un viaje de trabajo que me complicó los tiempos y realmente me ganó la vida. A pesar de que suelo estar corriendo los viernes por la mañana para dar “send” y que a veces aún me cuesta compartir lo que publico, fue interesante darme cuenta que extrañé escribir. Poco a poco, ser alguien que escribe y comparte sus experiencias se está haciendo parte de mi identidad también. Esto es lo increíble de empezar a hacer algo pase lo que pase cada semana - sin haberlo planificado así, se empieza a volver parte de quienes somos.
3. Nuestros esfuerzos ganan interés compuesto con el paso del tiempo.
Las cosas buenas toman tiempo en construir. No hay atajos para ser mejores escritoras, mejores líderes, mejores emprendedoras o programadoras. Pero el esfuerzo de cada día termina sumando y es lo que nos lleva a alcanzar cosas más grandes de las que pensamos posibles. Puede que no nos demos cuenta del impacto de ser consistentes con un hábito cada semana pero al cabo de los años, es lo que marcará la diferencia.
Hay un episodio de The Knowledge Project con Naval Ravikant, un emprendedor bastante conocido en Silicon Valley, que me dejó muy presente este concepto hace unos años. “Creo que todos los beneficios en la vida vienen del interés compuesto, sea en dinero, en relaciones, en el amor, la salud, las actividades o nuestros hábitos. Solo quiero enfocarme en cosas que se que valen la pena en el largo plazo”, explica Naval.
Y es que empezar a hacer más constantemente eso que queremos en nuestras vidas para el largo plazo es de las mejores cosas en las que podemos invertir nuestro tiempo. Por eso, sea lo que sea que buscan construir en sus vidas - una práctica creativa, el deporte, una carrera profesional llena de propósito - empecemos a hacerlo realidad alineando nuestras prioridades hacia allá cada semana.
De nuestro lado, por aquí seguiremos escribiendo todas las semanas para traerles cada vez mejores historias.
Un abrazo,
Mariana
Me encantó, Mari!
Extrañé leerte la semana pasada... Para que sepas que también me he acostumbrado a tus reflexiones y las de tus invitadas cada semana. Gracias por recordarnos el valor de intentarlo una y otra vez 😊