Los caminos que no recorremos
Y la importancia de evitar que el miedo sea quien trace nuestra ruta
Hace unas semanas, mi socia Mariana y yo anunciamos que yo tomaría su posta y asumiría el rol de Directora Ejecutiva en Laboratoria. La decisión la tomamos juntas el año pasado y la transición empezó algunos meses antes, pero el anuncio lo hizo sentir oficial y repentino, como si todo estuviera empezando en ese momento.
Mientras leía las decenas de comentarios a los posts, me llenó el corazón ver los mensajes de apoyo y celebración, algunos felicitándome y alentándome con el nuevo reto y otros agradeciendo a Mariana por los años admirables de su liderazgo. Pero de repente, entre la alegría y gratitud, me invadió un sentimiento de nervios, incertidumbre, y miedo. Al empezar a cuestionarme, me sentí abrumada y me llené de preguntas incómodas: ¿y si no logro estar a la altura?, ¿y si fracaso?, ¿y si las decisiones que tomo resultan ser las equivocadas? Por unos segundos, me paralicé ante el miedo.
A raíz de esta experiencia me puse a reflexionar sobre el concepto de la elección. Yo elegí tomar este nuevo rol con todo lo que ello implica, y ahora era momento de enfrentarme a ese nuevo camino que mis decisiones trazaron.
Pese a la aparente banalidad del tema, quizás por el hecho de que elegimos cosas todo el tiempo en nuestro día a día, filósofos a lo largo de los años han explorado el concepto de la elección con profundidad. Baruch Spinoza, por ejemplo, creía que cada acción humana era determinada por eventos previos, y que la libertad de elección era una ilusión. Simone de Beauvoir, de quien siempre he sido gran admiradora, entendía muy bien que las restricciones culturales impuestas sobre “el segundo sexo”, las mujeres, obstaculizan nuestra libertad de tomar decisiones. Por eso defendía con tanta firmeza la importancia de nuestra autonomía. Y Jean-Paul Sartre, con su frase célebre de “somos nuestras elecciones”, consolidó la idea de que nuestras decisiones nos definen como individuos.
Algo de lo que no siempre tomamos consciencia es que al definir y marcar nuestros caminos, nuestras decisiones también anulan aquellos que no elegimos y ya no recorreremos. En mi caso, al tomar este paso dejé atrás el camino de continuar en el rol en que ya estaba cómoda, y a pesar de mi miedo el día del anuncio, me siento orgullosa de eso.
Tim Urban, en su blog Wait But Why tiene un dibujo genial que muestra que aunque podría parecer que nuestro camino en la vida ya está predeterminado, en realidad hay un millón de posibles rutas que se abren y cierran con cada paso.
¿Pero qué nos impulsa, finalmente, a tomar ciertas decisiones y con ello abrir o cerrar posible caminos? Más frecuentemente de lo que quisiéramos, lo que termina guiando esos posibles caminos que no recorremos es el miedo. El miedo de fracasar. De no estar a la altura de nuestras expectativas y de las de los demás. De acercarnos a alguien y luego perderlo. Miedo de que los demás nos juzguen. Y está también el miedo de volver a intentarlo, cuando las consecuencias de nuestras decisiones pasadas influyen en las presentes.
Si me equivoqué tantas veces en mis relaciones, ¿por qué la siguiente sería diferente? Mejor no me arriesgo.
Quisiera asumir ese rol de liderazgo pero la última vez que me dieron la oportunidad me fue mal, así que mejor ni lo intento.
Imagínense cuánto dejamos de vivir por miedo. En Laboratoria usamos mucho la frase “si tienes miedo, hazlo con miedo”. Hoy he logrado entender que el miedo será quizás nuestro más fiel compañero a lo largo de la vida. Podemos aceptar sentirlo, pero no podemos permitir que nos paralice. Como dice Sarah Blakely, emprendedora exitosa fundadora de Spanx, “el miedo matará más sueños que el fracaso, siempre”. Podemos tomar decisiones conscientes sobre los caminos que deberíamos dejar atrás y no conocer, pero el miedo no puede ser la guía de estas.
El futuro siempre es incierto. Mi éxito como líder en Laboratoria también lo es. Pero si no lo intento, jamás sabré que hubiera pasado. Mi responsabilidad es dar lo mejor de mí, confiar en lo que me trajo hasta acá, y encontrar la valentía para enfrentar el miedo que de vez en cuando continuará haciéndome compañía. Quiero que el camino que no recorra sea uno que no tenga la menor curiosidad de conocer, y que el miedo se vuelva un recordatorio de que podemos siempre decidir, nunca una amenaza que nos impida vivir.
Las invito a reflexionar el día de hoy sobre aquellas decisiones que dejaron de tomar o que aún no toman por miedo. Piensen en los caminos que aún no recorren y sueñan con descubrir. Escriban sobre ellos y hagan un compromiso con ustedes mismas de quizás intentar uno. Luego me cuentan todo lo que aprendieron en el proceso. No dudo que será maravilloso.
Un abrazo,
Gabi
Te invitamos a crear tu cuenta en Laboratoria+ y explorar nuestros eventos, programas en vivo, mentorías de carrera y mucho más para llevar tu carrera al siguiente nivel. ¡Te esperamos 👭🏽!
Gabi, no tengo la menor duda de que serás una gran líder para Laboratoria!! Me encantó la imagen que compartiste, cuando pienso en mi yo de hace 15 años, no puedo creer todo el camino recorrido que fue en gran medida el resultado de mis propias decisiones y poco de suerte también -conocerte a ti, a Rapha y a Macha en su momento fue de las azares de la vida más afortunados!
<3
Me encanto! Gracias por el recordatorio que todos , sea cual sea nuestro expertise, nuestra historia, nuestras credenciales, podemos sentir ese miedo y actuar con él como un motor de crecimiento 🫶