Lo que aprendí buscando trabajo
Y cómo podemos transformar un proceso duro en una oportunidad de crecimiento
Nos emociona compartirles que en las próximas semanas vamos a tener nuevas voces de mujeres que admiramos escribiendo en Travesías. Muchas de ellas son mentoras en Laboratoria+ y generosamente nos estarán compartiendo sus aprendizajes del camino de crecer como líderes. Esta semana comenzamos con una entrada de Andrea, a quien personalmente quiero y admiro mucho.
Hace un poco más de 6 meses, mi pareja y yo decidimos aventurarnos a mudarnos de país y explorar la vida por otras latitudes. Fue una apuesta con un alto riesgo: tanto él como yo dejamos trabajos muy buenos y una vida bastante cómoda para saltar a la completa incertidumbre de empezar desde cero en un nuevo lugar.
Pasamos por muchos procesos en estos meses - buscar un lugar donde vivir, entender cómo funciona nuestra nueva ciudad, armar un nuevo grupo de amigos, y por supuesto, buscar trabajo. Sin duda alguna este último reto fue el más duro para mí. Escribo esto desde la tranquilidad de ya haber conseguido uno, pero con las sensaciones vivas de lo que se sintió como una verdadera lucha. A veces contra mí misma, otras contra mis miedos, y finalmente contra lo que no podía controlar. Hoy quiero compartir mis aprendizajes por si pueden ayudar a todas las que están pasando por este desafío.
Mi proceso de buscar trabajo
Round 1: Acompáñenme a escuchar esta triste historia
Arranqué con todas las ganas, actualizando mi CV, inscribiéndome a todas las plataformas de búsqueda de trabajo, postulando y registrando cada postulación en una tabla de control que hasta me emocionaba ver. Así empezaron a correr los días. Pasó una semana y nada. Seguí postulando. Pasaron dos, nada aún. Seguí postulando. Pasaron tres semanas y empezaron a llegar noticias. Rechazo tras rechazo. Con cada semana que pasaba yo seguía postulando, seguía recibiendo rechazos, o peor aún, ninguna respuesta.
Round 2: Revisemos qué está pasando
Un poco golpeada por el proceso, empecé a pedir feedback sobre los documentos que estaba usando. Pedí ejemplos de cover letters y CVs de personas que ya lo habían logrado. Invertía 2-3 días por cada postulación, con mucha reflexión para responder a cada pregunta. Un par de semanas después, al fin me empezaron a llamar a algunas entrevistas. El tiempo invertido parecía estar dando frutos….hasta que tuve las entrevistas y no pasé ninguna primera ronda.
Round 3: La crisis
Cada vez más golpeada por el proceso, empezó a crecer también mi miedo de ir ya varios meses “quemando mis ahorros”. Todo parecía moverse lento y sentía que no tenía control sobre nada. Empecé a dudar de mi y mis decisiones. ¿En qué momento se me ocurrió que empezar desde cero fue una buena idea? ¿Quién soy si no consigo nada? ¿Cómo me sentiré si tenemos que regresar habiendo “fracasado”, sin ahorros y sin trabajo?
Después de un par de episodios de crisis, muchas conversaciones con personas queridas y algunos buenos llantos, llegué a una respuesta que lo cambió todo: yo sigo siendo yo. No pasa nada si no lo “logro”. Los ahorros se vuelven a ahorrar. Fallar es parte del proceso, y en el “peor” de los casos, intentar lograrlo al otro lado del charco ha sido una gran aventura.
Round 4: La calma
Finalmente, como enviadas en respuesta a mi aceptación, empezaron a llegar buenas noticias: mi pareja recibió una oferta de trabajo. Parecía haber luz al final del túnel. Empecé a recuperar la confianza. A respirar y tenerme paciencia. Seguí postulando, y esta vez la calma me permitió disfrutar un poco más del proceso. Me conecté con gente que estaba pasando por lo mismo. Tras todos los aprendizajes de meses buscando trabajo, me volví mucho más efectiva postulando. Me empezaron a llamar a más procesos. Pasé a las siguientes etapas. Me sentí más cómoda respondiendo y recordando el valor que podía aportar.
Después de algunas semanas más, finalmente recibí la tan esperada oferta de trabajo.
Los aprendizajes y reflexiones
Tras todos estos rounds, cerré mi ciclo de búsqueda laboral victoriosa. Pero más allá que por la oferta, lo considero así porque en este proceso reexploré quién soy. Encontré inspiración en hacer cosas difíciles. Expandí mis límites. Aprendí mucho. Aquí les comparto mis lecciones más importantes.
Sentirse abrumada, estresada, frustrada, triste y desmotivada es normal y está bien.
Cuando dejé de juzgarme, aprendí a aceptar cada bajón. Pasar por él, asumir el dolor, y después reunir las fuerzas para mirar atrás, aprender, y arrancar el siguiente round. En vez de paralizarme por esta lista de emociones, las asumí como parte del camino y busqué a personas que estuviesen pasando por lo mismo. Me apoyé en mi círculo de soporte para pasar cada crisis: mi pareja, mis amigas, mi familia, mi terapeuta y un buen desahogo honesto me ayudaron muchísimo.
El proceso es lo que es. A veces toca subir tu CV y en el mismo formulario ingresar manualmente cada trabajo y experiencia (de nuevo). A veces toca darlo todo en una postulación para la que crees que eres perfecta, y no recibir nunca respuesta. Y así decenas de veces, día tras día. Aunque podemos dar feedback a las empresas para que mejoren sus procesos de contratación, me ayudó aceptar que toca pasar por estos procesos para lograr la meta. Lo empecé a ver como “entrenar mi resiliencia”. Hacer las paces con el proceso que hay que seguir porque no lo puedes cambiar, pero sí puedes cambiar cómo reaccionas. Aprendí a tener paciencia y enfrentarlos con buen ánimo, siendo creativa para ser cada vez más eficiente.
Entenderme y aceptarme fue clave. Tuve días en los que era todo un reto “no tener nada que hacer”. A veces me daba una obsesión por limpiar y pasaba toda la mañana limpiando la cocina (que me daba paz mental pero no alimentaba el funnel de procesos 😅). Otros días no conseguía concentrarme por más de 15 minutos. Al inicio me frustraba mucho no lograr seguir la rutina que me había impuesto, hasta que decidí disfrutar de la oportunidad que representa tener el canvas en blanco. Diseñar los días para las horas en las que era más productiva y balancear las tareas. Aprendí a tener flexibilidad, aceptarme en los días en los que no me sentía al 100%, y aprovecharme en los que me despertaba inspirada y motivada.
Finalmente, fue fundamental bajarme la presión auto-impuesta. Quería trabajar en una organización que me representara y que estuviera alineada a mi propósito, a quién soy yo y lo que quiero conseguir profesionalmente. En un lugar donde mi salario refleje el valor que aporto. Un trabajo en el que me sintiera retada y valorada, y pudiera crecer. Y si bien aún quiero todo eso, creo que inicialmente fueron expectativas muy altas en un contexto de crisis del mercado laboral, de recesión, de empezar desde cero en un nuevo país y sin experiencia de trabajo local sobre la que construir. Decidí que mientras lo que consiga me haga estar un paso más cerca de lo que estoy buscando, está bien. Ese cambio de perspectiva me permitió avanzar en los procesos con mucha más ligereza. Quitarme un poco de presión y estar más abierta a lo que venga.
Reflexiones finales
Esta es sólo una experiencia de miles, y cada proceso es único y distinto. Buscar trabajo siempre es difícil, pero con las expectativas y el mindset correcto, creo que es posible no pasarla tan mal en el camino y más bien tomarlo como una experiencia de crecimiento y transformación. Agradezco un montón la oportunidad que tengo hoy y estoy feliz de haber sobrevivido pasado por este proceso y el resultado que logré. Pronto empiezo mi camino como Lean Impact Lead en Refugee Council, en el Reino Unido.
Si alguna necesita ánimos y una dosis de confianza, aquí me encuentran.
Un abrazo,
Andrea
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Me vino a la mente la frase: "manage your reactions but do not suppress your emotions." Desde que aprendí a tomar con calma mis momentos "malos" y no ser tan dura conmigo misma, aprovecho al máximo los días en los que si estoy al 100%.
Andrea, gracias por compartir lo aprendido (y sentido). Es un periodo de muchas emociones y en el que tienen a surgir inseguridades. No es sencillo aprender a manejar nuestras emociones y pensamientos y sobre todo enfocarlos y seguir la búsqueda. Felicidades por el nuevo puesto.