En este newsletter estamos en una misión por compartir historias de crecimiento personal y profesional de mujeres reales, que inspiren y acompañen a otras en su camino. Si disfrutas de este espacio, compártelo con otras mujeres que puedan aprender en él <3
La Travesía de hoy la escribe la gran Nadia Michelle, corazón de nuestro equipo en Laboratoria+
Como mujeres trabajadoras, en las últimas décadas hemos ganado muchísimo terreno en espacios de liderazgo e influencia profesional. Sin embargo, aún cargamos con creencias que, muchas veces sin darnos cuenta, nos han mantenido aisladas y en silencio. Paradigmas que nos hacen pensar que tenemos que ser heroínas para resolverlo todo solas, sin pedir ayuda, creyendo que debemos cumplir con expectativas imposibles, sin margen para el error o la vulnerabilidad.
Hoy quiero hablar de tres grandes mentiras que nos hemos creído, (o más bien, que nos hemos comprado) y que nos han mantenido profundamente aisladas en el ámbito laboral. Estas mentiras nos han frenado de construir y disfrutar la sororidad que tanto necesitamos para crecer con plenitud. Hoy te invito a cuestionarlas, retarlas y reclamar nuestra verdadera fuerza en comunidad impulsándonos juntas hacia adelante.
1. “Las mujeres compiten entre sí porque solo hay espacio para una.”
¿Cuántas veces hemos sospechado que solo existe una silla disponible para una mujer en la mesa directiva? Nos han hecho creer que para llegar allí debemos competir ferozmente entre nosotras, creando una cultura de rivalidad en lugar de colaboración. Pero la realidad es muy distinta. Como señala Caroline Criado Perez en Invisible Women, las mujeres hemos sido históricamente excluidas de los espacios de decisión no porque no seamos capaces, sino porque los sistemas han sido diseñados por hombres, para hombres (en perspectiva, de hecho hace muy poco somos parte del mundo profesional). Hoy estamos evidenciando que cuando más mujeres acceden a posiciones de liderazgo, la cultura laboral del lugar cambia: se vuelve más inclusiva y colaborativa.
A más mujeres en el liderazgo, más mujeres pueden crecer dentro de la organización ofreciendo más referentes de estilos de liderazgo, desde la autenticidad, la colaboración y la compasión. Cuando abrimos espacio para nosotras, estamos abriendo camino para muchas más. No se trata de una lucha individual, sino de una oportunidad colectiva. Al apoyarnos las unas a las otras generamos juntas un entorno donde más mujeres pueden prosperar, y así construimos sistemas que funcionen para todas las personas. No es quitarle a una para darle a otra: juntas somos más.
2. “No necesitas pedir ayuda si eres buena en lo que haces.”
Culturalmente nos han vendido la idea de que si queremos tener una carrera profesional exitosa y además cumplir con el “rol” que la sociedad espera de nosotras como mujeres, entonces debemos ser capaces de resolverlo todo por nuestra cuenta, solas. Esto alimenta una abrumadora creencia limitante: “no soy suficiente”. Esa que nos grita constantemente que si no somos excepcionales en cada una de nuestras dimensiones, entonces nuestro valor queda en duda. ¿Cómo entonces creernos capaces de perseguir un objetivo que no podemos resolver por nosotras mismas? Esta creencia está profundamente enraizada en el perfeccionismo y el miedo a la vulnerabilidad. Pero como explica Brené Brown en The Gifts of Imperfection, en realidad nuestra imperfección no solo es inevitable, sino también un catalizador de conexión y fortaleza.
Pedir ayuda no nos hace menos capaces, al contrario, nos hace más fuertes. El éxito no es un acto solitario sino una construcción colectiva, alimentada a través de redes de apoyo, mentoría y colaboración. Creer que debemos cargar con todo solas nos lleva a la desconexión y nos priva del poder de la colaboración, la inspiración y el crecimiento conjunto. Nos aleja de una de las experiencias más valiosas que podemos tener: crecer en comunidad.
Como señala Melinda Gates en The Moment of Lift, cuando las mujeres se apoyan mutuamente, toda la sociedad se eleva. Necesitamos derribar el mito de la “supermujer” y empezar a vernos como parte de una red poderosa de mujeres que se acompañan y se impulsan mutuamente; que se sostienen las unas a las otras y crecen juntas en comunidades como Laboratoria+.
3. “Tu carrera es secundaria frente a las necesidades de los demás.”
En América Latina, muchas mujeres crecemos con la consigna tácita de que debemos anteponer las necesidades de la familia y de los demás a nuestros propios deseos y ambiciones. Esta creencia alimenta la idea de que el cuidado de los demás es nuestra exclusiva responsabilidad y que nuestras carreras son de menor importancia. Pero, como Melinda Gates destaca, cuando las mujeres priorizan su desarrollo personal y profesional, toda la comunidad prospera.
El crecimiento profesional de las mujeres tiene un impacto multiplicador: mejoramos nuestras vidas, las de nuestras familias y las de nuestras comunidades. Priorizar nuestras carreras no es egoísmo, es una afirmación de que somos personas con el derecho de crecer y prosperar. Personas con la capacidad de generar abundancia para aquellos que nos rodean. Reconocerlo es fundamental para romper con las expectativas tradicionales que limitan nuestro progreso. El éxito profesional y el cuidado de los nuestros no son mutuamente excluyentes.
Cada una de estas mentiras refuerza estructuras y creencias que nos han limitado como mujeres en nuestro derecho a buscar éxito y plenitud, no solo profesional, sino en todas nuestras dimensiones. Al desafiar estas ideas, estamos no solo empoderándonos a nosotras mismas, sino también abriendo el camino para nuevas formas de liderazgo y trabajo colectivo, basado en la sororidad y el apoyo mutuo.
Dejemos el aislamiento atrás
Cuando nos quedamos en silencio y creemos que debemos hacerlo todo solas, perdemos la oportunidad de conectarnos con otras mujeres que están viviendo los mismos retos. La sororidad no es solo un ideal; es una estrategia poderosa para avanzar en nuestras carreras. En Laboratoria+, toda la comunidad (members, mentoras y staff) trabaja todos los días para apoyarse, para derribar juntas esas creencias que nos han mantenido aisladas y para construir un espacio donde todas podamos crecer, aprender y liderar.
Como dice Brené Brown, la autenticidad nos conecta. No necesitas ser una superheroína, solo necesitas ser tú misma, imperfecta y poderosa. Cuando nos adueñamos de nuestras imperfecciones y pedimos ayuda, nos liberamos del aislamiento y nos permitimos sostenernos en una comunidad de mujeres en la que juntas, somos imparables.
La próxima vez que sientas que no puedes más, recuerda que no estás sola. Estamos aquí para acompañarte. Y sé que juntas, somos capaces de transformar nuestro entorno.
Un abrazo,
Nadia
Algunos libros que te recomiendo para seguir explorando estos temas:
No ficción
The gifts of imperfection - Brene Brown
Invisible women: Exposing Data Bias in a world designed for men - Caroline Criado Perez
The moment of lift: how empowering women changes the world - Melinda Gates
Ficción sorora
Mujercitas - Louisa May Alcott
The Handmaid’s tale - Margaret Atwood
Como agua para chocolate - Laura Esquivel