Aprendiendo a exponernos para crecer
Del miedo a mostrarnos al mundo y la importancia de aún así, atrevernos a hacerlo.
Al poco de tiempo de comenzar Laboratoria me buscó una periodista joven diciendo que quería hacerme una entrevista para que le cuente más de lo que estábamos creando. ¿Para un periódico real?, pensé. Era un medio digital nuevo, pero calificaba como real sin duda. La invité a la pequeña casita en Magdalena que en esos tiempos nos servía de oficina. Cuando me mandó la entrevista ya publicada, una mezcla de nervios, vergüenza y demasiada consciencia de mi misma hicieron que no me atreviera a compartirla en mis redes a pesar del valor que reconocía en mi trabajo.
Con el tiempo comprendí que si quería que Laboratoria crezca yo debía atreverme a representarla ante el mundo, pero aún así, la exposición no ha dejado de costarme. He reflexionado mucho sobre por qué es tan difícil atrevernos a mostrarnos con seguridad al mundo. Tengo varias teorías, muchas vinculadas al haber crecido en un contexto social que nos dijo desde niñas que no somos suficiente simplemente por lo que somos. Que tenemos que estar siempre a la altura de las expectativas de los demás. Sin quererlo ni ser consciente de ello, el riesgo de que con la exposición se descubra a la siempre presente impostora hace que me sienta incómoda.
Tomar consciencia y entender el por qué detrás de nuestras acciones da para múltiples reflexiones, pero hoy me quiero enfocar en las soluciones y compartir algunas cosas que me han ayudado a sentirme mucho más cómoda con la exposición. Espero que puedan ayudar a quienes comparten este sentimiento (que por suerte no somos todas pero sin duda, sí demasiadas).
La primera, comprender que exponernos es importante para crecer, para lograr cosas, para tener un impacto. Si nos quedamos donde nos sentimos cómodas, simplemente nada pasa. No aprendemos, no crecemos, no avanzamos. En Laboratoria tenemos este dicho que nadie recuerda bien de dónde salió pero prendió como fuego: hazlo, y si te da miedo, hazlo con miedo. Merecemos estar ahí afuera, porque es donde las oportunidades se dan. Si tenemos cosas que queremos lograr - que estoy segura todas tenemos - pues debemos estar dispuestas a darnos el chance.
La segunda, entender que el resultado de nuestro trabajo no es un reflejo de nuestro valor. Esta es una de las cosas que más cuesta. Si intentas algo nuevo, fallar es parte inevitable del camino. Pero que la iniciativa que lideras no resulte o que tu emprendimiento no crezca como esperabas, no es un reflejo de tu valor. No somos nuestro trabajo ni nuestros resultados. En el camino de crecer nos vamos a encontrar con nuestros límites y no siempre alcanzaremos lo que queremos. Eso de ninguna manera significa que seamos menos. Ante esta claridad, dejar de exponernos por miedo a no estar a la altura simplemente no hace sentido. Esta es para mí una de las lecciones que intento recordar todos los días.
La tercera, tener presente por qué hacemos lo que hacemos. Si lo que impulsas es algo en lo que crees y que te enorgullece, entonces será muchísimo más fácil sentirte cómoda representándolo y compartiéndolo con el mundo. Esto no quiere decir que sólo te puedas sentir orgullosa si trabajas en impacto social. El código que hiciste te puede llenar de orgullo por el esfuerzo que le pusiste. La presentación en la que trabajaste te puede llenar de orgullo por la manera en que lideraste a tu equipo. El artículo que escribiste te puede enorgullecer por todo lo que aprendiste para hacerlo. Recordemos la importancia de enfocarnos en lo que importa: el esfuerzo, el aprendizaje, y el crecimiento detrás de lo que hacemos. Que esto nos llene de confianza para recordar que merece ser reconocido.
Para terminar, también ayuda bajar el nivel de importancia que le damos a lo que piensan los demás y recordar que la gran mayoría de esos demás - y sin duda toda la gente buena que vale la pena - quiere lo mejor para nosotras y se siente orgullosa de ver que nos atrevemos.
Por eso y más, ¡vamos con fuerza 💪!
Mariana
PD. Esta semana lanzamos al mundo Laboratoria+. Las invito a darse una vuelta :)
Igualmente tengo 43 años y aún siento miedo de exponerme ,me gusta la tecnología me gustaría apoyar a los niños y niñas en este camino de la tecnología ,a mi edad estoy estudiando una ingeniería . Y quiero superar mis miedos al que dirán y muchos mitos más de nuestra crianza muy a la antigua .
Quiero mostrar al mundo que no importa la edad y en cualquier momento de tu vida puedes cumplir tus sueños.
Muy buen artículo. Me sentí identificada, a pesar de que tengo muchos años más que ustedes, me cuesta exponerme en redes y veo que otros lo hacen con tanta facilidad, es increíble. Exitos para este bello proyecto!!