3 cosas que puedes hacer para mejorar tus hábitos
Y cómo estos son el camino para convertirnos en quienes aspiramos a ser
Una de las cosas que más me costó cultivar en mi adultez temprana fueron los buenos hábitos. Desde hacer deporte y comer bien hasta tener mis espacios ordenados y atreverme a aprender cosas que no son naturalmente mi fuerte, por mucho tiempo no me sentí del todo bien con donde estaba. Pero conforme fueron avanzando mis 20s y llegué a mis 30s, me fui poco a poco transformando. Hoy, ya hacia el final de esta década, creo que con mucho esfuerzo y estrategia he logrado convertirme en alguien con muy buenos hábitos.
Mientras más pasa el tiempo, más valor le pongo a ellos y más impacto positivo veo en llevar una vida en la que somos capaces de trazarnos metas y así sean pequeñas, generar los comportamientos que nos llevan a cumplirlas. Además, mi capacidad de ir adoptando las prácticas diarias que me hacen bien me ha dado algo profundo y trascendental en la vida: la confianza en mí misma. El verme y reconocerme como una persona capaz de cumplir mis propias promesas. No exagero cuando digo que a esto le debo gran parte de mi felicidad hoy.
En el camino he aprendido que de nuestros hábitos diarios se construye lo que somos y lo que seremos. Desde los pequeños, como tender nuestra cama todos los días o tener nuestra documentación en el trabajo ordenada, hasta los grandes, como ser capaces de forjar nuevas relaciones cercanas a lo largo de la vida o cuidar nuestro cuerpo, cada hábito es parte crucial de formar nuestra identidad y acercarnos o alejarnos de nuestros objetivos.
Cargamos también con muchos hábitos de los que no somos conscientes. ¿Subimos la voz cuando perdemos la paciencia? ¿Juzgamos a las personas? ¿Nos cuesta cumplir los compromisos que hacemos? Todas estas acciones, estemos conscientes o no de ellas, construyen quienes somos. Justo por eso hay un enorme poder en mirarnos a nosotras mismas, identificarlas y decidir si nos están llevando a lo que queremos ser. ¿Esto que hago frecuentemente es algo que me hace bien? Basta con esa pregunta para darnos cuenta que todas las personas cargamos hábitos que nos suman y otros que nos restan. Entender que está en nuestro poder cambiarlos es enormemente liberador.
¿Qué podemos hacer para cultivar los hábitos que nos fortalecen y nos permitirán alcanzar las metas que tenemos? De hecho lo primero que recomiendo es leer a James Clear en Atomic Habits. Esta entrevista que le hace Brené Brown es buenísima y de ahí salen muchos conceptos que aquí comparto. Tras eso, les dejo las ideas que en mi experiencia han sido más valiosas.
Primero, ir conectando los hábitos que nos dan más orgullo con nuestra identidad. ¿Quienes somos y quienes aspiramos a ser? Definir esto es importante. Yo, por ejemplo, quiero ser una mamá presente para mis hijos. Quiero ser también una líder cercana para mi equipo de trabajo, y alguien que valora y cuida sus relaciones. Mis hábitos diarios son la manera de ir acercándome a esta identidad. A pesar del cansancio de mis noches, intento la mayoría de ellas leerle un cuento a mis hijos. De manera adrede estoy siempre presente para mi equipo. Hago el esfuerzo de buscar a mis amigas queridas seguido para ver cómo están. De la misma manera tengo también claro quien no quiero ser, e intento alejarme de los hábitos y comportamientos que me acercan a eso. No quiero ser complaciente en el trabajo, por lo que tengo que evitar quedarme mucho tiempo muy cómoda en el mismo lugar. No quiero ser impaciente con mis hijos, por lo que he tenido que aprender a respirar más profundo de lo que jamás imaginé posible 🙈.
Segundo, creer que es posible e ir demostrándonos con pequeños logros que nosotras podemos. Si nunca has corrido y quieres prepararte para tus primeros 5k en dos semanas, te estás asegurando el fracaso. Pero puedes partir por salir a caminar un rato cada día. A mi me tomó unos 10 años de intentos y fracasos hacer del correr un hábito consistente en mi vida. A pesar de soñar con ser deportista, por mucho tiempo me dije a mi misma que simplemente era demasiado lenta, correr no era lo mío. Hasta que empecé a caminar de manera consistente, y un día me propuse correr una parte del camino. La semana siguiente me propuse correr un poco más, y me fui emocionando con ver que a pesar de sentir que estaba al borde de un ataque cardiaco, si podía. Ha pasado ya más de un año desde que corro. Soy bastante lenta y aún estoy lejos de llegar a una media maratón, pero me llena de orgullo ver que logro correr 9km cada sábado sin morir en el intento. Con recorridos así podemos ir generando un círculo virtuoso donde nos proponemos algo, nos demostramos que somos capaces de cumplirlo, y nos llenamos de seguridad y motivación para intentarlo nuevamente.
Tercero, rodearnos de los círculos y comunidades con aquellos hábitos que queremos construir nosotras. El impacto de las personas que nos rodean en nuestros comportamientos es inmenso. Probablemente es más fácil comer sano si tu pareja también lo hace, y tener una carrera profesional ambiciosa si tus amigas cercanas también la tienen. Pero es importante recordar que está en nuestras manos acercarnos a las comunidades que nos llevarán a esos hábitos que queremos. En Laboratoria+ tenemos una comunidad de mujeres que quieren desarrollarse profesionalmente y son apasionadas por aprender cosas nuevas. Es contagioso y ser parte de este espacio fortalece tu identidad como alguien comprometida con esas metas.
Así que poco a poco y con paciencia, vamos con fuerza a construir esa mejor versión de nosotras mismas.
Un abrazo,
Mariana